Debido a cómo están evolucionando las nuevas tecnologías, hoy en día es posible conseguir mucha más información de diferentes formas. Desde que todos llevamos un smartphone en el bolsillo, tenemos con nosotros una cámara de vídeo de alta calidad.
Esta es tan solo una de las muchas funciones con las que cuentan los smartphones, pero ha servido para que cada vez haya más vídeos caseros como prueba en muchos juicios. Es lógico pensar que una prueba digital puede ser determinante en un juicio, sin embargo, es preciso de un análisis forense para que esta prueba pueda tener validez evitando que se trate de un engaño.
¿Por qué es necesario analizar estas pruebas?
Para que una prueba digital pueda tener validez dentro de un juicio y admitirse a trámite como una prueba convencional, será necesaria la intervención de un perito informático. Esto es debido a que estas pruebas se pueden alterar con facilidad, confundiendo a la verdad y mostrando una realidad completamente diferente.
Seguro que en internet has visto muchos montajes de fotografías o vídeos que, evidentemente, distan mucho de ser reales. Famosos con el cuerpo de otra persona o personas en situaciones en las que nunca se han encontrado. El problema de las pruebas digitales es que pueden ser manipuladas por expertos en la materia llevando a cabo toda clase de montajes.
La figura del perito informático es fundamental para poder interpretar dicha prueba. Un perito informático podrá documentar la prueba sabiendo el momento en el que se ha creado, la integridad de la misma, su autenticidad y cualquier otro aspecto que pudiera ser relevante durante un juicio.
Esto se puede aplicar a un vídeo, fotografía, prueba de audio… En definitiva, elementos que se pueden sacar de contexto, que se han realizado en otro momento determinado al que realmente concierne o que directamente han sido manipulados.
Las características de las pruebas digitales
Las propias características de las pruebas digitales son el principal problema por lo que estas pueden ser manipuladas. Una prueba digital se puede duplicar y, por supuesto, se puede alterar en el proceso.
Son pruebas intangibles, ya que precisan de un soporte informático para poder apreciarse a través de los sentidos. Estas pruebas también son delebles, por lo que se pueden destruir con facilidad en su totalidad o en parte.
El principal problema con el que cuentan las pruebas digitales es su volatilidad. Las pruebas digitales se pueden alterar, modificar o manipular al antojo de su creador, provocando una prueba falsa que carece de validez en un juicio.
¿Cuándo entra en juego el perito?
A la hora de presentar una prueba digital en un juicio es posible que la otra parte esté de acuerdo o que la reconozca como auténtica. En el caso de que no sea así, tendrá que ser el perito el que pueda evaluar la autenticidad de la misma.
Además de cotejar la autenticidad y la validez de la prueba, el perito informático también se encargará de presentarla en un formato que pueda ser admitido por el tribunal. Así mismo, también será necesario que defienda sus averiguaciones y su informe pericial.
Si tienes pensado utilizar una prueba digital en algún caso judicial, contactar antes con uno de estos peritos te servirá para tener mucho más clara la importancia que puede tener tu prueba.